* ASAMBLEA DIOCESANA DE ORACION CARISMATICA. ROTATIVA EN DIVERSAS PARROQUIAS. INICIA CON LA SANTA MISA DE LAS 6 P. M.

jueves, 26 de julio de 2012

MAS DE SEIS AUTOBUSES CON JOVENES CARISMATICOS DE ACAPULCO SE PREPARAN PARA PARTICIPAR EN EL ENJES 2012 EN LA CIUDAD DE PUEBLA DE LOS ANGELES.

HOY JUEVES 26 DE JULIO DE 2012 A LAS 6 P. M. HA TENIDO LUGAR LA MISA DE ENVIO EN LA PARROQUIA DE NUESTRA SEÑORA DEL CARMEN EN EL BARRIO DEL HUESO. ¡LISTOS PARA PARTIR!

jueves, 12 de julio de 2012

SACERDOTE MEXICANO EXPLICA QUE ES UNA MISA DE SANACION

Sacerdote mexicano explica qué es una Misa de sanación
Sacerdote mexicano explica qué es una Misa de sanación

MÉXICO DF, 10 Jul. 12 / 08:39 pm (ACI/EWTN Noticias).- El P. Pedro Velázquez Figueroa, comisionado de Pastoral de la Salud de la Arquidiócesis de México, explica qué es una Misa de sanación y aclara qué es válido y qué no dentro de una celebración eucarística.

El sacerdote dio estas explicaciones en una entrevista concedida al Sistema Informativo de la Arquidiócesis de México (SIAME) que a continuación reproducimos:.

P. Pedro, ¿qué es una Misa de sanación?

Son celebraciones en las que se pone un acento especial en las peticiones de salud, porque se esperan este don de Dios, sobre todo del alma, pero también del cuerpo. Cabe señalar que estas Misas se otorgan a solicitud de la Iglesia, mas no como capricho de una persona o grupo de fieles que por su exigencia prepotente o necedad, reclaman.

¿Es diferente a otras Misas?

En esencia ninguna Misa es diferente, pero en estos casos algunos fieles o grupos, particularmente denominados carismáticos y otros de reciente surgimiento, agregan oraciones adicionales de invocación del Espíritu Santo para pedir el don de la salud.

¿Por qué?

Porque sabemos que la oración de fe puede ganar gracias específicas en algún momento particular de la vida de una persona o grupo. Esto siempre es para gloria de Dios y para bien de los fieles y la salvación de sus almas.

¿En las Misas de sanación es válido el exorcismo? ¿Puede ayudar a liberarnos de la presencia demoníaca que nos provoca nuestra enfermedad?

La Misa como tal es el mayor exorcismo desde la realidad profunda del Sacramento, pero las normas indicadas por nuestros obispos nos señalan este otro servicio a los hermanos que lo requieran. El exorcismo lo realiza el propio Obispo o una persona designada por él. En la Ciudad de México cada vicaría tiene un exorcista con las licencias respectivas emitidas por el mismo obispo.

¿Es cierto que las "Misas de Sanación" pueden ser un momento favorable para que Dios pueda curar cualquier mal?

¡Claro que puede suceder! Pero no es exclusividad de una Misa de Sanación, esto puede ocurrir incluso en celebración eucarística que no tenga tal connotación. Eso lo decide Dios, no yo o mi grupo, por más devotos que seamos. Dios sabe si otorga y a quién este don en el momento que Él considere oportuno.

Finalmente, el Sacramento de la Unción de Enfermos, ¿cuál debe ser la forma válida de celebrarlo?

Está indicado en el Ritual de la Unción y Viático que todo sacerdote debe conocer, pues es la persona autorizada para administrarlo. Se recomienda celebrarse después de la Liturgia de la Palabra y antes de la Liturgia de la Eucaristía, dentro de la Misa y, bajo las indicaciones que aparecen en las normas 138 a 142 de cuidados pastorales del enfermo. El sujeto de la Unción es cualquier bautizado que está en peligro de muerte por enfermedad o vejez.
Para poderlo recibir tiene que estar bautizado, tener uso pleno de razón, tener la intención de recibirlo y, si el enfermo ya no posee la facultad para expresarla, pero lo hizo mientras estuvo en pleno uso de razón, sí se puede administrar.

Puede ver la nota original en: http://www.siame.mx/apps/aspxnsmn/templates/?a=8198&z=32

sábado, 7 de julio de 2012

SUCEDIO EN LA ASAMBLEA DE LA RENOVACION CARISMATICA EL AÑO PASADO

Todos los carismáticos de Madrid la conocían
«Hace un año, aquí, Dios me sanó y volví a caminar»: Sara explica su milagro ante 2000 personas
Es distinto que un desconocido diga haberse curado de algo poco visualizable a que se ponga a caminar una chica que todos conocían en silla de ruedas, incluyendo el periodista. Sucedió en la Asamblea de la Renovación carismática española del año pasado, y en la de este año la gente sigue orando con fervor.





Pablo J. Ginés / ReL






 



Dos mil personas, incluyendo unos cuarenta sacerdotes, escuchaban este viernes en el Auditorio del Parque de Atracciones de la Casa de Campo de Madrid, cómo la joven Sara Quiroz contaba su milagrosa curación, sucedida hace un año en el mismo lugar.

Muchos ya habían sido testigos de los hechos hace un año. Otros muchos –incluyendo este periodista- habían visto a Sara en silla de ruedas o muletas durante más de un año y medio, antes de su recuperación repentina y permanente.

Una chica conocida y accesible
Sara hace tiempo que es muy conocida en la Renovación Carismática Católica de Madrid. Es asidua al grupo de jóvenes Elohim y a los encuentros juveniles carismáticos y es hija de Letty Florián, peruana con muchos años en España, una de las principales responsables de la Renovación en la capital. Otros muchos jóvenes de toda España conocían a Sara de un reciente Camino de Santiago en el que ella viajaba en vehículo y, a veces, en brazos de los compañeros. En YouTube hay vídeos de su llegada a Santiago, por ejemplo, donde se aprecia su estado. De alguna manera, la joven Sara era casi “la coja oficial” de la Renovación Carismática madrileña.

El viernes la muchacha subió al escenario del Auditorio a explicar la curación del verano pasado y su dolencia de casi 20 meses antes.

Sara, antes de su curación.
Sin fuerzas ni equilibrio para caminar

“A los 17 años me ingresaron en un hospital y me hicieron una punción lumbar. Fue un error médico. Me quedé sin fuerzas en la pierna izquierda. Tampoco tenía equilibrio. Caminar con muletas me suponía tanto esfuerzo que iba en silla de ruedas”, explicó Sara ante un auditorio sobrecogido. Muchos asentían, porque muchos la habíamos visto en su silla y con sus muletas, muchas veces.

“Estuve así más de un año y medio. Fue un tiempo de sufrimiento, pero también de confianza en Dios. Muchos hermanos habían rezado por mí. Lo peor de todo es que no había un diagnóstico, los médicos no sabían exactamente lo que me pasaba. Yo iba a rehabilitación, simplemente para no perder más fuerza en las piernas”, detalló.

Un sacerdote que ora por enfermos
Entonces llegó la gran reunión anual de la Renovación Carismática Católica en España. El predicador invitado era el misionero del Sagrado Corazón Jorge Kelly, un irlandés afincado desde hace décadas en Venezuela, con muy buen español. No sólo se trataba de un buen predicador y amigo del difunto Emiliano Tardiff, misionero de la misma congregación y carismático famoso por sus milagros, en vías de beatificación. También Kelly tenía fama de suscitar curaciones cuando rezaba por enfermos.

¡El padre Kelly contaba tantos testimonios de personas que se curaban! Sentí una llamada a tener esperanza en mi corazón. Dios me había prometido que me iba a sanar”, recuerda Sara.

Así que fue a “una salita ahí atrás donde estaba el Señor expuesto, y otras cinco personas, y el padre Kelly, para que oraran por mí”.

En esa salita, o en una justo al lado, unos minutos antes de ese sábado por la tarde, cuando aún no habían expuesto el Santísimo, había estado este periodista entrevistando al padre Kelly, el cual contaba diversas curaciones milagrosas en las que había participado. El periodista salió corriendo para escribir el artículo que se publicaría en La Razón y se perdió los hechos asombrosos que tenían lugar en ese momento.

Sara, con el padre Kelly.
"En nombre de Jesús, vamos a caminar"

“El padre Kelly oró por mí, imponiéndome las manos”, explicó Sara. “Me preguntó si yo creía que el Señor me podía sanar. Yo le dije: “sí, sin duda”. Me tomó de las manos y me dijo: “Sara, en nombre de Jesús, levántate que vamos a caminar.” Y fue como si yo viese en él la mirada de Jesús, que era Jesús mismo quien me decía: “Confía en Mí, vamos a caminar”. Y supe que estaba sanada. Y entonces di un paso, luego otro, y otro, y caminé. ¡No me caía! ¡Había esperado tanto tiempo! Y el padre Kelly me decía: “bien, poco a poco” pero yo pensaba “no, ¡yo a correr y que no me pare nadie!” y sigo caminando, siempre con el Señor”.

Tres horas después ese sábado por la noche subía al escenario ante el Santísimo expuesto para dar gracias a Dios y dar testimonio de la sanación, para asombro de todos los que la conocían. Y el asombro lo llevó por doquier. “No os imagináis la cara de mi fisioterapeuta, la persona que mejor conoce lo que yo podía y no podía hacer. ¡Y las de mis compañeros de la universidad!”

Y la del periodista, que titulaba “Recé por ella y dejó la silla de ruedas”… pero refiriéndose a un caso en Venezuela. Una multitud de carismáticos el domingo pensaban que se refería a lo que acababan de ver la noche anterior.

Sara Quiroz y su familia no son nada difíciles de acceder. Incluso explicaban su espiritualidad familiar en La Razón para apoyar la gran Misa de las Familias de diciembre de 2011 en las calles de Madrid. Cualquiera puede encontrarse a Sara en un encuentro carismático o de jóvenes. Es una “milagrada de aquí, de casa”. ¡Todos la vimos en silla y ahora todos la vemos sana y alegre! A nosotros nos contaba sonriendo cómo el lunes habían celebrado junto con muchas personas una misa de acción de gracias a Dios, al cumplirse el primer aniversario de su curación.

Una vida con migrañas dolorosas
No fue la única curación durante la visita del padre Kelly. Así, el viernes contaba en público su testimonio un zaragozano llamado Antonio, que ”de toda la vida sufría dolores de migraña cada 40 días o así, tan fuertes que a veces me hacían vomitar, que me dejaban en la cama quejándome, dolido por la luz o cualquier ruido… El padre Kelly oró por muchas cosas y oí que había 7 u 8 o 10, no sé cuantos dijo, que se curaban de migrañas. Yo no sentí nada, ni calor, ni una sensación especial, nada. Pero ha pasado un año y en este año no he tenido ya ninguna migraña”.

Y hay más casos. Pudimos hablar con un matrimonio con un niño que sufría déficit de la hormona del crecimiento, según les diagnosticaron. El niño, un bebé, simplemente, no crecía. Las inyecciones de la hormona iban a ser muy caras y gravosas en su economía ajustada. Acudieron a la reunión de oración del año pasado, el padre Kelly anunció que se iban a curar unos niños… y, efectivamente, sin haber puesto aún inyección alguna, el niño empezó a crecer con normalidad.

Buscar a Dios, no los milagros
Con todos esos antecedentes, no es extraño que el Auditorio esté completo al cien por cien. ¿Viene el padre Kelly? No, el predicador este fin de semana es el colombiano y sacerdote eudista Albert Linero. Es un gran predicador, con ritmo y mucho humor.

Y exigente: “me asusta la espiritualidad de Hollywood, la búsqueda milagrera”, truena la voz de Linero. “No venimos aquí a buscar milagros sino a encontrar al Señor, a dejar que Él nos ame”, insiste. Y la gente aplaude, muy de acuerdo. “Fíjense en Moisés, entre el Mar Rojo y el ejército del Faraón. ¡Eso sí que son dificultades! ¿Qué dice Moisés al pueblo en ese caso? Uno, no teman. Dos, manténganse firmes. Tres, visualicen la victoria, no se pongan en lo peor. Cuatro: esperen, esperen, esperen… Y Dios hará lo que ustedes no pueden hacer. Ustedes hagan lo que puedan, Él hará el resto”.

Y la gente piensa en Sara, que no tuvo miedo, se mantuvo firme, visualizó su victoria y esperó. Fue al fisioterapeuta, hizo lo que pudo. Y lo que faltaba, el milagro, lo hizo Dios.